martes, 1 de mayo de 2012

REVOLUCION DE LA ANATOMIA

La rama de la biología en la que tuvieron lugar los progresos más interesantes durante los siglos XIV y XV, fue la anatomía humana. El principal motivo del estudio anatómico era su valor práctico para el cirujano y el médico, sin embargo, se iría gestando entre los artistas la convicción de que el conocimiento de músculos, huesos, venas y arterias, entre otras cosas, les beneficiaría a la hora de elaborar sus obras. Y es que, hasta la aparición de la cámara fotográfica, en 1839, todos los estudios o análisis del cuerpo humano se basaron en los dibujos y anotaciones de artistas y hombres de ciencia. Precisamente aquí, en esta simbiosis entre arte y ciencia, médicos y artistas será en la que se centre el siguiente estudio. A continuación serán presentados los contextos y las razones que hicieron posible la aparición de una nueva anatomía en relación con las artes plásticas.
NOTAS HISTÓRICAS 
Existen pocos testimonios de disecciones en la antigüedad. Los primeros datos fiables se sitúan hacia el siglo II A.C. en la escuela ptolomeica. Después de esto, existen pocas evidencias de estudios; la asociación religiosa entre cuerpo y alma alimentó miedos y supersticiones que criticaban y dificultaban el examen de cadáveres; a los que lo intentaron durante la Edad Media se les amenazó con la excomunión, el encierro y la condenación . Además entre las revoluciones interiores y la irrupción de los bárbaros, las ciencias, artes y letras quedaron confinadas en los conventos, sitios no precisamente incitadores para el cultivo del estudio anatómico. Es más, no sólo se dejó de avanzar en el tratamiento anatómico, sino que retrocedió en el sentido de que el mismo arte cristiano dirigió su esfuerzo a concentrar la expresión en el rostro, cubriendo los cuerpos con largas túnicas a modo de armazón. (ÁVILA,1905, 19).
Con lo cual, sin esperar innovaciones en este campo, la principal fuente del saber anatómico en esos siglos continuó siendo el griego Galeano (129-200 a.c.), buen observador, pero que a menudo sacó conclusiones sobre la anatomía humana a partir del estudio de los animales. No obstante, hacia el siglo XII se volvió a disecar en Salerno, en el XIII se hicieron algunas autopsias y estudios post-mortem en la Universidad de Bolonia y, a principios de siglo XIV, Bolonia se convirtió en el centro anatómico. Para el 1400, la anatomía pública formaba parte del programa de estudios universitarios, a pesar de ello no sería hasta el siglo XVI cuando se diera el paso definitivo que marcase el ocaso de la anatomía galénica y el nacimiento de la moderna. El encargado de ello fue Vesalio, con su obra De humanis corporis fabrica.El autor había seguido siempre a Galeno, pero en un momento dado, se dio cuenta de los errores en los que había incurrido, y de la necesidad de representar el cuerpo fielmente. El De fabrica contaba con dibujantes del taller de Tiziano para las ilustraciones, hecho que nos indica ya la relación entre médicos y artistas, punto que merece especial atención.

UN PROYECTO MÉDICO Y ARTÍSTICO: EN BUSCA DE UNA NUEVA ANATOMÍA
La integración de los dibujos en los textos científicos, las notas explicativas a los mismos, y la nueva tendencia naturalista, tuvieron mucho que ver en el renacimiento de la nueva anatomía, fundamentalmente en la explicación del cuerpo tal y como se veía al diseccionarse. En esta novedosa manera de entender la ciencia debieron incidir factores como: resquebrajamiento de la utilidad escolástica, ruptura del teocratismo, o regreso al humanismo. Además, sin duda alguna destaca el modo en que influyó la importancia dada por numerosos pintores renacentistas a la representación pictórica del cuerpo humano. Algunos como Donatello y Pollainolo acudían a las disecciones interesados en el conocimiento de los músculos superficiales para recrearlos más tarde en su pintura de manera exacta, e incluso varios disecaban personalmente cadáveres. Realmente existió una aceptación por parte de los artistas de estas técnicas y una creciente colaboración con los médicos, no obstante, la síntesis perfecta no se produciría hasta Leonardo da Vinci, interesado vivamente en la anatomía y autor de sus propias disecciones a partir de 1483; Ahora bien, el camino hasta é fue largo.
El claro influjo del arte naturalista sobre la ilustración anatómica se observa por primera vez en la obra italiana Fasciluo di Medicina (1493), mientras Berengario de Carpi, profesor de cirugía, fue el primero en imprimir figuras para ilustrar su texto. Con todo, no sería hasta el siglo siguiente cuando se publicasen ilustraciones de todo el sistema nervioso y arterial (1545) de la mano de Chals Estienne, quien además señaló las válvulas en las venas, y estudió el sistema vascular entre otras cosas. Asimismo, cuatro años antes Giambattista Canano había mostrado cada músculo por separado en su relación con los huesos.
Con todo, Vesalio fue la figura clave que marcó el final de la representación tradicional del cuerpo, e inauguró el comienzo de la moderna. Y tanto es así, que hizo de Padua, donde fue profesor, el centro de dicha disciplina y, hasta Harvey la historia de la anatomía fue la de sus discípulos.
 LA FIGURA DE VESALIO
Vesalio abandonó el sitial del catedrático -algo insólito- y trabajó personalmente en las disecciones variando finalmente el esquema galenista y encauzando así la ciencia anatómica. En primer lugar, mandó dibujar cuatro tablas anatómicas a Stephen Van Celcar, que le sirvieron para la docencia en ausencia de cadáveres durante las temporadas de clima cálido. Las publicó bajo el nombre de Tabulae anatomicae sex y fue el antecedente más directo de las ilustraciones del Humanis corporis fabrica (1543), obra que simboliza la perfecta implicación entre ilustraciones y texto. Además, estos dibujos, bellos y realistas, no son mero adorno de la teoría, sino que sirven para complementarla, al tiempo que en la explicación se comentan los gravados.
En la obra la descripción formal de las partes del cuerpo está separada de sus funciones y se constituye de acuerdo con la idea renacentista del mundo y el hombre que concibe el cuerpo humano como un edificio. Por ello el orden de la descripción se inicia por las partes sostenedoras (huesos, ligamentos )sigue con las unitivas (venas, arterias, nervios) y expone a continuación los órganos contenidos en las cavidades abdominal, torácica y craneal.
El tratado de Vesalio motivó la reacción aireada de los galenistas. Uno de ellos su antiguo profesor Sylvio lo acusó ferozmente pero en su defensa acudió uno de sus más fieles discípulos, Luis Collado. Collado, en el 1555, desmintió el argumento de Sylvius contra su maestro consistente en que los errores de Galeno se debían a que la naturaleza había cambiado desde los tiempos clásicos. Posteriormente, Collado y Pedro Jimeno de la Universidad de Valencia siguieron la nueva conrriente morfológica emprendida por Vesallio y durante el S.XVI se extendió aunque su núcleo central continuó siendo Italia.
Ningún dibujo anatómico puede compararse con los de De fabrica, ninguno excepto los no publicados por Leonardo; los dos son la prueba más brillante de cuán estrechas eran las relaciones entre la biología descriptiva y el arte naturalista.
Un renacimiento anatómico, ¿Por qué Italia?
Desde el siglo XII en adelante, todos los grandes cirujanos reconocieron que la buena cirujía, e incluso la buena medicina, era imposible sin un conocimiento de la anatomía. Durante muchos años la Iglesia prohibió a los clérigos derramar sangre y, por tanto, practicar la cirujía; Por este motivo nunca estuvo reconocida como materia de estudio en las universidades medievales, como lo fue la medicina. Consecuentemente, el estudiante debía recibir la formación anatómica adecuada trabajando con un cirujano práctico. El resultado de esta exclusión de la cirujía en las universidades, y en particular de las inglesas y francesas, significó que la cirujía fuera relegada con frecuencia a una actividad artesanal de barberos itinerantes. (CROMBIE, 1974, 213)
Pero en Italia la situación era diferente, solamente allí prosiguió siendo una materia importante en las universidades. Los estudiantes podían realizar prácticas, y en especial en Bolonia donde tuvieron la oportunidad de participar en autopsias post-mortem para determinar la causa de la muerte y, durante la Peste Negra, para descubrir los efectos que la causaban.Con lo que, en el S.XV, era de esperar que los grandes progresos anatómicos y los mejores cirujanos pertenecieran a esa tierra.
A lo anterior, debemos añadir que la aparición en Italia de una tendencia recuperadora de la tradición clásica resultante de las tareas de excavación en Herculano y Pompeya, el descubrimiento del Tratado de arquitectura de Vitrubio y de numerosas esculturas griegas y romanas, provocó una conciencia general de romper con toda la edad medieval -oscura- y volver a ese pasado que creían ideal. Para ello se sirvieron de las reglas seguidas por los cánones de belleza antiguos basados en el orden, armonía y proporción.
LA NUEVA FILOSOFÍA RENACENTISTA
Con el Renacimiento el cuerpo humano dejó de considerarse una cáscara insignificante que albergava una alma inmortal y fue vista como la obra más perfecta y digna de Dios. El cuerpo se definió entonces como un microcosmos análogo al macrocosmos del Universo y, como en el último se encontraba un orden absoluto, se empezó a estudiar el cuerpo para encontrar el suyo.
Siguiendo este fin nació en el Renacimiento un enorme interés por las cuestiones científicas con el fin de elaborar un método riguroso. Las matemáticas, el álgebra y la geometria jugaron aquí un papel esencial. Hasta en la investigación fisiológica eran aplicadas, por ello uno de los aspectos clásicos que más fascinó a los renacentistas respecto el arte antiguo fue el concepto de proporción. Los griegos opinaban que si se seguían las reglas de la proporción, la representación artística quedaría naturalmente imbuída a la belleza. Incluso uno de sus más célebres escultores, Polícleto (S.V a. de C.) definió a modo de fórmula matemática el ideal de atleta diciendo que la altura total de su cuerpo equivaldría a siete cabezas.
También Vitrubio era consciente de la importancia de la proporción y las medidas, por dicha razón, determinó en su obra una serie de reglas arquitectónicas con las que sugería que "siendo el hombre la medida de todas las cosas" se le podía y debía usar como unidad para medir la proporción en el diseño de edificios, ya fueran templos, teatros o villas.
De este modo no es fortuito, incluso resulta inevitable, que ante la búsqueda del naturalismo propiamente humano, durante el siglo XV, las representaciones del Cristo Niño con su madre, aparecieran ahora más armónicas y proporcionadas ya que se buscaba la perfecta medida de los cuerpos en concordancia con una realidad que desde la antigüedad había quedado relegada a un segundo plano. El arte cristiano se añadía así a la nueva corriente humanista.
Con todo, el Renacimiento no fue un simple movimiento de copia o imitación, sino que partió del estudio de la estética grecolatina caracterizada por el orden y el equilibrio para modificarla a su conveniencia. Buen ejemplo es Leonardo da Vinci que cambió el Canon de Polícleto pintando sus figuras masculinas con ocho cabezas en vez de siete.
LEONARDO DA VINCI 
Es cosa necesaria al pintor, para ser un buen membrificador en las actitudes y gestos que se pueden hacer en el desnudo, conocer la anatomía de los tendones, huesos, músculos y ligamentos, para saber en los diversos movimientos y esfuerzos cuál es el músculo causante de tal movimiento; y sólo éstos hará engrosados, y aquéllos evidentes, y no los otros en todas partes como algunos hacen, que por parecer grandes dibujantes hacen sus desnudos leñosos y sin gracia, que más parecen al verlos un saco de nueces que una superficie humana, o bien un manojo de rábanos más bien que músculos desnudos.
 
(Tratado de la pintura, pág. 132)

El texto subraya la importancia y la necesidad según Leonardo de conocer bien el cuerpo humano para ser un buen artista. Fruto de su estudio son Cuaderno de Notas y El tratado de la pintura en las que tras mucho tiempo invertido, expone sus argumentaciones y conclusiones. Y es que su interés por la anatomía fue tal, que sus investigaciones van más allá de las necesidades prácticas del arte, hasta el punto de ser el artista que más pruebas ha dejado de sus disecciones. Leonardo anatomizó cadáveres durante más de doce años y estimuló a sus contemporáneos a seguirle, convencido de que era el único camino para encontrar la fuera de la belleza del arte pagano. Finalmente, cuajó su mensaje y una legión de artistas se entregó a estudios científicos en busca de la verdad anatómica: Donatello, Signorelli, Verochio, Tintoreto, Bardinelli y diversas Escuelas apoyaron la necesidad por parte del pintores y escultores de conocer en profundidad el cuerpo humano.
Leonardo es también a nuestros ojos un innovador; fue el primero en seriar sus disecciones y respecto al arte, introdujo técnicas gráficas nuevas como la representación en cortes transversales, el intento de explicar las palancas musculares y, sobre todo, por querer "copiar" con precisión cientíca la realidad observada, para lo que se centró en las cuestiones del equilibrio y proporción A cerca de ésta última escribió: "cada parte del todo debe estar en proporción al todo" ya que "surge la armonia de las proporciones".
Asimismo, tuvo muy en cuenta el resurgimiento de la relación clásica entre arte y matemáticas y le llevó a afirmar que el hombre, con sus brazos y piernas extendidas podía quedar inscrito en un círculo y un cuadrado, ambos símbolos de perfección. El homo quadratus fue el nombre con el que bautizó a esta figura.
En suma, Leonardo consagró su vida al estudió de las artes y aunque sus investigaciones anatómicas pasaran desapercibidas al no ser publicadas, dejó en su pintura la huella de una fisiología real.
 Conclusión
Para finalizar podemos decir que a pesar de que el cuerpo humano ha permanecido igual a lo largo del tiempo, éste se ha representado de muy diversas maneras. Sin duda, el Renacimiento significó un momento clave para la evolución de la anatomía y su recreación fiel y exacta; un retorno al humanismo, el reencuentro con la cultura clásica y toda una nueva concepción del mundo que dignificaba al ser humano lo hizo posible.
 Bibliografía
-ÁVILA, T. Anatomía y fisiología para uso de los artistas, Barcelona: Ed: Herrero, 1905
-La imagen del cuerpo humano en la medicina moderna. SXVI-XX, Barcelona: Ed.:Fundació la Caixa, 1999.
-LEONARDO DA VINCI, Cuaderno de notas, Madrid: Felmar, 1975.
-LEONARDO DA VINCI, Tratado de la pintura, Buenos Aires: Losada, 1954.
-CROMBIE A. C., Historia de la ciencia de San Agustín a Galileo, Madrid: Alianza, 1974.
-DEBUS, A.G. El hombre y la naturaleza en el Renacimiento, México: Fondo de Cultura Ecnómica, 1985
(*)(http://www.upf.edu/materials/fhuma/revolucio/treballs/rua/rua.htm)


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